Foto: HuelvaHoy.com |
Hoy la entrada no va de toros, aunque la persona que me empuja a volver a escribir sobre fútbol tenga los atributos y casta suficiente para entrar al quite de nuevo en esta materia.
Me contaba mi padre que vio pasar por el antiguo Colombino a grandes como Esparrago, Luis Aragonés, Carmelo, Higinio, Sivianes, Isabelo, Poli Rincón... y yo ya pude conocer a Alzugaray, Luzardo, Ivan Rosado, Santi Cazorla, Merino, Viqueira, Jesús Vazquez, Uche...y a todo aquel equipazo formado por un tal Marcelino García Toral. Los que mi padre vio corrían y se dejaban la piel en el campo por unos colores, un sentimiento y una afición, cuando todavía eso de la táctica aún no sabía de gps, de kilómetros recorridos en el campo y cosas de esas. Y los segundos, los de mi época, aparte de dejarse la piel en el campo como los otros, tenían el hambre suficiente para aprovechar la profesionalización del fútbol para vivir de ello. Lo que si es cierto es que todos ellos, y por lo tanto el Recreativo de Huelva, siempre tuvo a una afición, una ciudad y una provincia detrás de ellos. Tanto para las alegrías como para las penas, como en los buenos matrimonios, pero siempre ahí. Unos llegamos, otros nos fuimos, otros volvimos, otros nunca nos fuimos...pero nunca el Recre estuvo solo.
Los tiempos cambiaron. Una gestión horrible por parte de una corporación del Ayuntamiento de Huelva (accionista mayoritario del Recre en los mejores tiempos del equipo), empezó a lastrar a la entidad con deudas incomprensibles en tiempos donde los jugadores en propiedad se vendían a un precio, y los que entraban no valían ni pa compararlos. Luego estos los vendieron a un tal Pablo Comas que lo único que hizo fue apuntillar a un Recre agonizante. Embargos de Hacienda, el club intervenido, despidos de trabajadores con meses (y hasta años) sin cobrar. Plantillas y entrenadores que bastante tenían con ir a entrenar y sacar los partidos como podían para que el Decano del fútbol español no perdiese la poca categoría que le quedaba (hablo futbolísticamente). Y en lo que parecía ser una temporada ilusionante, con un grupo inversor con Juanma López a la cabeza, que si un equipo con jugadores de "campanillas" (¿...?) para no pasar apuros y optar a algo mas...se ilusiona a 10.000 socios para que al final sea un solo hombre el que deje los cojones sobre el campo. Antonio Nuñez se llama.
Con casi 40 años, criado en la fabrica del todopoderoso Real Madrid y campeón de Europa con el Liverpool de Benitez, Antonio Nuñez se ha convertido desde que llegara a Huelva en 2014 en la seña de identidad del recreativismo. La única a día de hoy. El clavo ardiendo al que todo recreativista se agarra cada domingo en el Nuevo Colombino. No hay otro. Y no me quiero olvidar de Jesús Vázquez hasta el año pasado. Porque entre tanto pasotismo e impotencia en el verde del Nuevo Colombino, sin ideas futbolísticas tanto en el campo como en el banquillo, un jugador con 40 años es el que pone a chavales con 25 en su sitio. Antonio Nuñez es el Recreativo propiamente dicho junto a su afición. No hay mas cera que la que arde. La pena de todo esto no es la perdida de categoría con el descenso a 3ª división, que está al caer. La pena de todo esto es que Recre no hay mas que uno, afición no hay mas que una y Antonio Nuñez solamente uno. Muchos se iran, muchos no volveran, pero algunos seguiremos. Y Antonio Nuñez será uno de esos que jamás se iran de Huelva, de esa Huelva con corazón azul y blanca.
Gracias por todo Antonio