La evolución, esa palabra que todos acogemos con gran satisfacción en casi todos los campos que rodean en nuestras vidas. La ciencia, la medicina, la educación, las relaciones internacionales, la tecnología...son materias en las que gracias a Dios, en unas mas y en otras menos, la civilización actual hemos avanzado mucho. ¿Y la tauromaquia?, ¿en que se puede avanzar en algo en lo que durante siglos el protagonista principal es el toro? (mas que le pese a muchos). Pues mas que avanzar, creo nos lo hemos cargado del todo, siempre basándome en que al protagonista principal, al TORO, se le ha quitado Casta para darle bobonería en favor de los cuatro que copan todos los carteles, eso sin contar la poca falta de respeto y consideracion de todo aquel que pasa religiosamente por taquilla. Que se fabriquen ayudas de fibra de carbono, muletas de fibra sintetica, zapatilllas con pinchos para mejor agarre en dias de lluvia, petos para caballos de picar que pesen menos, puyas retráctiles, y un largo etc...te lo compro. Pero en la base de la fiesta, no hay evolucion que valga. El día que esto, según tauromacos 2.0 y productores de agte empezó a evolucionar, ese mismo día, empezó la fiesta a agonizar.
Figuras que lo acaparan todo y no dejan paso a toreros nuevos, empresarios que no quieren dejar paso a toreros nuevos y se beben los vientos por las figuras, figuras que solo matan toros anovillados, novilleros que matan corridones de toros, toros espectaculares que nacen para correr y morir por las calles del levante español porque no hay ni Dios que los quiera lidiar ni empresarios que los quieran comprar, ganaderías y encastes miticos y únicos que se van enteras por los desagües de un matadero, apoderados que mandan en los reconocimientos amenazando al pobre presidente de la tarde en dejar colgada una terna entera si no pasa por el aro, toreros que exigen indultos por su cuenta, erales indultados ilegalmente en clases prácticas...y hasta llegar a ver a figurones del toreo actual regando un ruedo porque el señor de turno que lleva años haciendo esta tarea no deja caer generosamente el agua donde el señor quiere. Esto es lo que ha evolucionado la fiesta.
El sábado pasado veia un reportaje en tendido cero donde en el año 1979 se le cortaban a una corrida de toros de Cuadri en Valencia siete orejas. Siete. Y porque aquella tarde a uno de los espadas le dió por no matarlos que sino hubiesen caido alguna que otra mas. Algunos se apuntan a que por aquel entonces los de la H metian la cara ¿...?. La diferencia para mi esta clara. El cartel aquel día era, ojo al dato, un tal Julio Robles, un tal José María Manzanares (padre) y un tal Dámaso Gonzalez. Los carteles de hoy están ahí, y el premio a ser triunfadores de la temporada en Valencia es quedarse fuera al año siguiente. Así está esto montado. El periodismo taurino rastrero de hoy en día, al servicio del sistema podrido de hoy en día, se toma la libertad de machacar a ganaderías que ellos mismos consideran de "toristas" con frases como que los toros "se vuelven sobre las manos" o "miran en demasia al torero", como si para la evolución del toreo los toros tuviesen que volverse con otra cosa o mirar a la rubia de la grada del tres. Ora, las ganaderías de las figuras, por mas petardos que pegan al año siguiente repiten y repiten, y si el petardo es de los gordos, dos tardes. Lo de los empresarios ya es de traca. Este año he visto en Madrid a novilleros salir a saludar por su cuenta al tercio sin que nadie se lo pidiese, y tras la pitada de turno, dar una vuelta al ruedo con una cara dura impresionate. Pues ya lo han repetido hace un par de domingos, mientras otros chavales que van a estar lo mas dignos posibles y con el reconocimiento de la afición son ninguneados sin escrupulos. Aunque ya Madrid no es lo que era tampoco. Cosas de la evolución en el toreo.
Claro está que no toda la culpa es de empresarios y apoderados que imponen en los sorteos. Hay otros, caso de Lopez Simón, que triunfan en Madrid y automaticamente se creen los reyes del mambo, se colocan el sayo de figurón del toreo, y se permiten el lujo de dejar tirados a los aficionados de La Brede, con contrato firmado desde enero, cuando aún era uno mas del montón (y que por mas que se esfuerze lo va a seguir siendo. Al tiempo). Y todo esto porque según el nuevo "figurón" del toreo, la categoría la da el compartir cartel con las figuras, como si torear como Dios manda fuese algo que está de paso. Otro que se pasa al lado oscuro de nuevo sistema, que como dice el refrán, "no hay nada peor que un pobre con la barriga llena".
¿Y el aficionado?. ¿Donde queda realmente el único que sacrifica horas y dinero por una afición?...ese? ese no puede ni exigir, ni protestar ni decir lo que piensa. Ese a pasar por taquilla y a callar. Y si se les ocurre manifestarse en un tendido ya llegará el Fino de turno que lo critique por expresarse, y encima el figurón sienta vergüenza porque un compañero brinde un toro a un aficionado. Para que no se nos olvide que los toros se brindan a los reyes, las infantas y los que sueltan la manteca para matar los toros a puerta cerrada. Y además siempre habrá un clavelero, cubata en mano, dos filas mas abajo para mandar a callar a el que exige ver por lo que ha pagado: Un toro, un torero y la emoción de su lidia, que tampoco es mucho pedir. Y así está esto montado señoras y señores, en los tiempos en que "se torea mejor que nunca". La "evolución" ha llegado al toreo para quedarse las pocas horas que le queden a esto de vida. Las figuras seguiran arropandose entre ellos sin querer ver ni de lejos uno que les haga sombra, seguiran matando cuatreños con tres hierbas, los novilleros seguiran matando corridas de toros, repetiran a los que den las vueltas al ruedo por su cuenta, los honrados se quedaran en casa o, en el mejor de los casos, se aburriran, el aficionado como tal ya se extinguió hace tiempo, los claveleros irán a los tendidos mientras les sobre para la entrada después de volver de la caseta de la feria, y el protagonista principal, el toro, irá agonizando poco a poco hasta llegar a el espectáculo de la cabra que se sube a la escalera. Porque antes, para comprarse un cortijo tenias que torear mucho, pero ahora, gracias a la evolución y el sistema actual, tienes que vender el cortijo para poder torear. Que paren por favor, que yo me bajo.