Nos sucede a todos. Soñamos y soñamos. Dormidos, despiertos, pero con esas cosas que nos gustaría conseguir algún día y que por mas que lo intentemos no conseguimos llegar ni a tocar con las yemas de los dedos. Por eso son sueños. El de un torero humilde de Trigueros y de Huelva, David de Miranda, se hizo realidad ayer en la Merced. Vino a darle la alternativa un mito del toreo, de esos que marcan épocas, José Tomás, y como testigo un torero que está apretando de lo lindo por méritos propios, López Simón. Una ganadería que solo está al alcance de las figuras. Una plaza donde entraba una persona por la puerta a las ocho de la tarde y se caía otra por el extremo opuesto. El mundo del toro pendiente a ti, y todas las ganas del mundo en el esportón del cochecuadrilla. Y David, aquel niño que de pequeño acompañaba a su tío José por los cercados de Miranda para revisar parideras de becerros bravos, entraba en el patio de cuadrillas de la Merced para que José Tomás le despertara de aquellos sueños con un apretón de manos.
Los toros de Victoriano del Río no dieron lo que se esperaba de ellos. Manseó en exceso la corrida de toros, especialmente el lote de Alberto López Simón, pero bien presentada para una plaza como la de Huelva. Para nada acusó David de Miranda la presión de un día tan especial. Toreo de capote de mucho gusto, un quite por Saltilleras para meterse la pastillita debajo de la lengua, y una serenidad, temple y valor increíbles en una tarde como la de ayer para torear de muleta al toro de su alternativa por ambos pitones. No se le podía ir el triunfo ante "Distante", nº 42 de Victoriano del Río, y se volcó a matarlo si o si.
Lo de José Tomás es otra historia. Es el TOREO con letras mayúsculas. Quizás los toros de ayer no lo dejaron derrochar todo lo que el de Galapagar lleva dentro, pero el inicio de faena por trincherillas ayer a su segundo fue sencillamente espectacular, donde se rematan los toros en la cadera y no echándolos pa fuera. Mueltazos bajos por ambos pitones de mucha clase y gusto. En fin, JOSÉ TOMÁS. Y Alberto López Simón no tuvo el lote. Manso de libro su primero, en su segundo consiguió que por lo menos se quedará en la muleta para lograrle tandas de mucho merito por los dos pitones. Al final Huelva no quiso dejarlo que se fuese andando solo y lo premió con las dos orejas de sus segundo.
Es momento de dar la enhorabuena y las gracias a unos cuantos. A la empresa por formar este cartel que rematan un sueño. A José Tomás por elegir un año mas mi ciudad, y a un torero de mi pueblo, a mi torero, a David de Miranda, porque aunque el no lo sepa ni lo crea, ayer consiguió hacer realidad no solo su sueño, sino el de alguno mas que estaban sentados en los tendidos de la Merced. ENHORABUENA TORERO!!!!. Enhorabuena a todos y MIL GRACIAS.
Muchas gracias por tu crónica, y enhorabuena por todo.
ResponderEliminarGracias Antonio.
EliminarUn abrazo!!!!