
He intentado por activa y por pasiva que este espacio sea siempre un lugar donde la defensa de los animales prime por encima de todo, aunque para algunos/as sea difícil de entender. Es tan fácil como que dos mas dos son cuatro.
Hoy me a llegado a través del blog "
Nos necesitan" de mi amiga Victoria, una historia que realmente me a encogido el alma. No tengo porque avergonzarme en decir que alguna que otra lágrima se me ha escapado.
Y es que esta historia me es familiar. Hace como dos años aproximadamente, en mi pueblo (Trigueros) se produjo una historia similar a la que a continuación os cuento. Un desgraciado le dio varios hachazos a un perro y lo tiró al contenedor todavía vivo. Una vecina se percató de tan brutal acto y lo denunció en los juzgados. La noticia corrió como la pólvora en los medios de comunicación y el pueblo entero se sintió avergonzado de dicho acto. Ahora, en un pueblo de Córdoba, Aguilar de la Frontera, han cometido la misma barbarie que hace unos años en Trigueros.
Desde aquí quiero aclarar que seguro que el pueblo de Aguilar de la Frontera en su gran mayoría se sentirá igual que se sintió mi pueblo ante tal noticia, y que muchos de ellos repudiarán esta noticia. Que no debemos juzgar a un pueblo entero porque dos soplagaitas se pasen por el arco del triunfo los derechos de los animales. Ahora, lo que si deben tener es las agallas suficientes para decirles a su alcalde y al sicario a sueldo designado por este "¿veterinario?", lo bajo que han caído y el mucho daño que le están haciendo a este maravilloso municipio al manchar su nombre con tan vil acto.
Os dejo con la historia de Pancho tal cual la relata Victoria. Copio y pego de "Nos necesitan".
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Se llamaba Pancho. Hasta hace dos días ese era su nombre y esta era su sufrida cara... Su único "delito": nacer y ser abandonado en un pueblo: AGUILAR DE LA FRONTERA, CÓRDOBA. Pancho era alimentado por unos buenos chicos en su trabajo, el único resquicio de amor que le quedaba... Sin embargo, a "alguien" del pueblo le molestaba, hasta el punto de partirle la cabeza con un hacha, y no contento con eso, intentar ahorcarlo justo al día siguiente... Pero Pancho tenía ganas de vivir y seguir junto a su hermosa compañera de fatigas y soledades. Junto a ella todo parecía menos malo...
Unas personas se pusieron rápidamente en acción para sacarlo de la calle y curarle sus heridas. Una veterinaria se ofreció a ingresarlo en la clínica y cubrir sus gastos. Y a Pancho !!! le salió casa de acogida¡¡¡ Por fin se acababa la tortura, el desprecio, la soledad, el miedo.... por fin conocería la ternura, el respeto, la sensación de seguridad que da un hogar...y el AMOR....Pero no contaban con su principal enemigo: EL PROPIO AYUNTAMIENTO.
Y es que Aguilar de la frontera no tiene protectora, ni servicio de recogida de animales, ni se ha interesado jamás por los animales de su pueblo. Lo único que tiene es un triste sicario, un asesino a sueldo, un veterinario que asesina animales sanos por orden del untamiento. Tenía fecha para ayer sábado 28 capturar a Pancho y sacrificarlo. Una de las chicas que quería sacarlo de la calle habló con él el viernes 27 pidiéndole ayuda, la cual el veterinario le negó. Esta chica le contó que Pancho iba a ser curado y que ya tenía una casa de acogida esperando por él, que le diera tiempo para poder cogerlo de la calle con la ayuda de la veterinaria. Él le dijo que le daba plazo hasta el día siguiente, 28, si no, lo sacrificaba. Sin embargo, pocas horas después de esta conversación el veterinario lo asesinó. Ni siquiera esperó al día siguiente como había dicho. También asesinó a la perrita Blanca compañera de Pancho.
Eso sí es tener MALA IDEA. ¿Qué clase de veterinario hace esto? ¿Qué clase de respeto por la vida tiene? Después de TODO el sufrimiento, ni Pancho ni su compañera merecían acabar así. Por favor, DIFUNDE lo que ocurre en Aguilar de la frontera. Que se entere TODO EL MUNDO.
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Si alguna vez tiene oportunidad de leer esto Alcalde, y si estos hechos supuestamente son verdaderos, quisiera decirle que me parece usted la persona mas baja y rastrera del mundo. Del otro, de su sicario, ni voy a perder el tiempo en decirle nada, porque al fin y al cabo los sicarios se limitan a apretar el gatillo que "el padrino" les pone por delante a cambio de dos perras gordas.
Y QUE DESDE ESTE SITIO, EL RETOÑAL, Y DESDE SANTO Y SEÑA, CON MI PERSONA AL FRENTE, JOSÉ Mª PÉREZ MARÍN, SIEMPRE SERÁN CONDENABLES ESTE TIPO DE ACTOS.
Un saludo.