A PEPE LUIS NO SE LE PODÍA PONER UN PERO...

El sabio de San Bernardo, aquel que no quería medallas ninguna.

Suena el telefono en casa del maestro Pepe Luis Vázquez allá por 1998...

- ¿Dígame?

- Buenas tardes, ¿es casa de D. José Luis Vázquez Garcés?

- Si señor, el mismo a el aparato.

- Buenas tardes maestro, le llamamos del Ministerio de Cultura para informarle que ha sido usted galardonado este año con la medalla de las bellas artes al merito taurino.

- ¿Como? - respondió el maestro - ¿la medalla de que?, yo no quiero eso...

Me imagino la cara que pondría aquel señor o señora que estuviese al otro lado del teléfono. Sigue el maestro con su retahíla...

- Yo no quiero medallas ninguna. ¿Medalla al merito de que?, yo solo era un torero que me dedicaba a hacer mi trabajo y punto.

- Pero maestro -siguió aquel señor o señora después de rehacerse del susto - es una distinción de las mas importantes de España, y mi llamada viene directamente a través del ministro de cultura.

- Que no voy a ir a recoger medalla ninguna le he dicho, así que le voy a pasar el telefono con mi señora y hable usted lo que quiera con ella.

Y así fue como prosiguió aquella conversación su esposa, Doña Mercedes Silva, con aquella persona del ministerio de Cultura para poder intentar convencer al maestro Pepe Luis Vázquez de que fuese a recoger tal galardón. Nos contaba el otro día su hijo, el maestro Pepe Luis Vázquez Silva, que su madre llamó a todos sus hijos para contarles lo ocurrido, y que el hecho de que el maestro rechazase tal medalla les parecía a todos una ofensa. Al final entre toda la familia convencieron al maestro y este acudió a recoger su medalla a las Bellas artes.

Muchos y muchas de las que lean esto se estarán preguntando ahora que a que viene todo esto. Pues nada, uno que no encuentra nada en la tauromaquia actual y se va a buscarla en la de hace ochenta años. Que cosas tiene la vida. Como me dijo uno el otro día cuando iba todo arreglao y emperifollao a la conferencia de Pepe Luis en Huelva, ¿Donde vas quillo?...a una conferencia de Pepe Luis Vazquez. Joder ¡no vas ni a una corrida en colombinas y vas a una conferencia de un torero de los años 40!. Y ahí me encuentro en esa disyuntiva de nadar a contra corriente en busca de la emoción aún sin haberla vivido. Y todo esto viene a que un figurón de los años 40 como Pepe Luis, ese que se codeaba con Manolete, cuarto califa del toreo, tarde tras tarde entre toros de Miura, que llego a matar diez años seguidos la del hierro de Zahariche en Sevilla, no quería ir a recoger una medalla a las Bellas Artes por considerarse uno mas, y hoy en día el Juli le da por compararse con Joselito el Gallo o Belmonte...ahí es ná.

La selección según la tauromaquia 2.0

¿Hacia donde quieren llevar estos señores la fiesta, o hasta donde la han llevado?. Cuando uno era pequeño veia a los toreros como seres de otro mundo, como hombres superiores al bien y al mal, capaces de enfrentarse a una maquina de matar, el toro. Una maquina cuyo objetivo era principalmente ese, el de matar, y que debido al buen hacer de estos super hombres se volvían terrenales para que ambos alcanzasen la gloria tarde tras tarde. Ahora, en muy pocas veces se ve eso. Ahora lo que se lleva es que las figuras hacen y deshacen como les da la gana. Mandan en todo. Se anuncian, como el caso del pasado domingo de resurrección en Málaga sin acartelar los toros, luego se los traen debajo del brazo y nadie dice nada. La Malagueta llena a rebosar y autobuses desde toda España para ver al Juli y a Morante. Si hay alguno que quiera sacar la cabeza y osar a desafiarlos basándose en lo de Joselito, Belmonte, Chicuelo o el mismísimo Pepe Luis, o lo que es lo mismo, en matar de todo y basarse en la lidia,  se los cargan en cuanto pueden porque les pueden echar abajo el chiringuito. Luego resulta que acostumbran al público a faenas de tropecientos muletazos solamente delante del topoyiyo, y cuando una cuadrilla se luce en varas y en el tercio de banderillas ante uno de Cuadri (algo que debería ser normal en cada tarde), se les obliga a dar la vuelta al ruedo antes de la faena de muleta y es considerado como algo extraordinariamente extraordinario. Pero lo peor está por venir cuando los del G-5 se vuelven solidarios entre ellos pero a estos le hacen la cama. ¿Que el que permite lucirse a la cuadrilla en Madrid mató seis en Nimes el año pasado?...pues este año nos anunciamos nosotros, lo dejamos fuera y aquí no hay solidaridad que valga. Y después están los otros, los que no se cansan de pedir una oportunidad, los que no torean, los que lloran porque en Madrid le birlaron una oreja tal tarde y luego los llaman para matar una corrida de las tres de Azpeitia de este año y ni están al otro lado del teléfono ni se les espera. Y el que se equivoca y coge el teléfono responde de la misma manera que Pepe Luis al de Bellas Artes.

Esto de venir con los torillos debajo del brazo no es nada nuevo. Hace dos años ya aquí en Huelva también vinieron José Tomás y Morante con el mismo plan y nadie dijo ni meloja, como en Málaga. Y uno que es (o era) Tomasista y Morantista dijo que no iba. Lo dicho, a contracorriente. En la misma Huelva en la que el año pasado el Juli y Manzanares mataban una corrida de Cuvillo que peso en bascula poco mas que una novillada sin caballos que se lidió dos días antes, mientras la afición onubense pitaba y abucheaba uno tras otro de los animalitos que por la puerta de chiqueros salían. ¿El porque se lidió esa corrida?...me lo reservo. Pero estos mismos que piden respeto se pasan eso mismo por el arco del triunfo. El mismo Juli fue advertido en esa corrida,  primero por alguacilillos y después por delegado gubernativo, que no podía salir por la puerta grande al cortar solamente dos orejas en un mano a mano (según reglamento tres como mínimo). Solo le faltó hacer la peineta.

¿Y el toro?, ¿Donde queda el toro en todo esto?. ¿Donde está aquello que parecía una máquina de matar?. Pues relegado a lo que se ve en la foto del maestro Padilla, a que sus madres son seleccionadas como borreguillos, mas nobles que el abuelo de Heidi, y que a buen seguro sus propios ganaderos aplaudirían en el momento de hacer la foto cuando torero y becerra posaban así de bien para la posteridad al grito de "bien torero bien". ¿Donde está la autoridad para hacer que el reglamento se cumpla?...pues también bajo el brazo de las figuras. Piden el tocomocho, a los hijos de la becerra que un dia se hizo una foto posando con el maestro Padilla, escasísimos de kilos, sin cara alguna, y si algún presidente se niega a aprobarlos en los corrales...parte médico que te crió en general y la tarde del día grande de las ferias se queda sin toros. Haber quien es el guapo que se atreve a rechazar los toros. ¿Y el aficionado?...bueno, dejemos tranquilo a el aficionado que bastante tiene con quedarse en casa o tragarse el circo que se han montado por tal de no colocarle las cortinas esa tarde a la cuñada.

Uno se agarra a ciertos toreros como a un clavo ardiendo por tal de que la afición que lleva uno dentro no se acabe de morir. Hace unos años era Fandiño, que lo mataba todo hasta que uno de Cuadri lo puso arriba del todo y desde entonces "de esa ni una mas". Ni de esa ni de otras por el estilo. Ahora me quiero fiar de Castaño, pero mieo me da que tome el camino de Fandiño en cuanto lo dejen. Y uno que era Tomasista y Morantista empieza a pecar ya de falta de fé. Dos toreros que si quisieran podrían marcar época hasta que quisieran, uno por valor y verdad y el otro por valor y toreria. Ninguno de los dos se parecerán nunca a Pepe Luis, de matar lo que le pusieran por delante porque para el era un lujo matar las mejores ganaderías y las mas exigentes. Pero a Pepe Luis nadie le podrá poner un pero, a estos de hoy en día muchos. 

Haber quien le ponía un pero a Pepe Luis Vazquez.