Hasta hace poco, ambas eran dos tesoros que conservábamos aquí en Huelva. Ahora, tras el absolutismo del encaste Domecq y la instauración de la tauromaquia 2.0, una de ellas, Concha y Sierra ha emigrado a tierras galas. Los franceses en este mundo del toro nos han adelantado por la derecha y poco a poco se van llevando joyas genéticas de nuestras tierras, no sin darles las gracias por impedir que los Vazqueños de Concha y Sierra acabasen en el desagüe de un matadero.
Otros sin embargo, como D. Tomás Prieto de la Cal siguen en su empeño de conservar la única y última estirpe pura del mítico encaste Veragüeño con sangre también pura vazqueña en sus entrañas. No sabremos hasta cuando los Prieto de la Cal aguantarán en las tierras de mi Onuba, pero por lo menos desde aquí no nos cansaremos de darle las gracias desde el punto de vista del aficionado.
Más de 70 años en tierras Onuba, luchando por una sangre y encaste único, es de agradecer.
ResponderEliminarLuis Gonzaga
Pues si Luis, y todavía los hay quien no se dan cuenta de lo que tenemos. En los tiempos que corren y que Tomás siga luchando de esa manera por sus toros es digno de admiración.
EliminarUn saludo.