LA DIFERENCIA ABISMAL DEL QUERER

Dicen, los que entienden de esto, que el toro bravo es aquel que la quiere coger tres veces seguidas por abajo con clase y arrastrando el hocico por el suelo. Puede ser. Quizás visto así falte otro matiz para describir esa definición: la intensidad con la que la quieren coger esas tres veces por abajo. A lo mejor los que la quieren coger por abajo sin mas, por obligación son los tontos de la pandereta y los que se la quieren comer por abajo son otra cosa distinta. A los dos hay que torearlos ojo!!, que nadie me confunda, pero unos no te piden ni el carnet VIP del Burguer King y otros te piden hasta el último recibo pagado de la hipoteca. Pero ya que los dos dan cornadas, a mi me gusta mas el segundo aunque entiendo también a quien le guste la doble con extra de cheese burguer con, mostaza, lechuga y bacon con su sazonador correspondiente. Cuestión de gustos Oiga!!!.

La fecha del 22 de Junio la teníamos muchos marcada en rojo en el calendario. Nos íbamos a Sevilla con el recibo de la hipoteca debajo del brazo, que luego nos sirvió solo para secarnos el sudor frío de la frente y la baba en algunas tandas de muletazos que dejaba un torero vestido de azul y oro y que venía de la vieja Onuba, porque los del Conde de la Maza se empeñaron en mansear y orientarse mas de lo debido. Y allí se presentó David de Miranda, con la maleta repleta de papeles para presentárselos a quien se los pidiese, a orillas del Guadalquivir, ese mismo que el inepto alcalde hispalense Juan Ignacio Zoido colocase como punto de partida para el descubrimiento de América. Otro que no se coscó ayer que la Huelva descubridora había mandado una gran parte de su tripulación al graderío maestrante junto a su comandante en el albero de Alcalá de Guadaira.

A estas alturas en la carrera de un torero, y ante una novillada como la de ayer donde no caben pinturerias ni composiciones artísticas, el dejar la impronta de querer ser torero es lo que hace tener esperanzas. Ayer en la Maestranza quedó constancia de que la diferencia entre querer ser torero y querer ser figura del toreo es abismal. En ese abismo está el la templanza con el capote, echártelo a la espalda en quites por taurinas desde el centro de la plaza para llamar a un novillo que se arranca desde la otra parte del mundo. Silencio maestrante cuando el del Conde de la Maza está a un metro del torero y el capote todavía esta recogido en la espalda del torero....Volteretón para hacerte el muerto y no volverte a acercar por Sevilla hasta que no empiecen a poner los farolillos del año que viene. Pero el levantarse sin mirarse y ponerte en el mismo sitio y de igual manera es lo que marca ese abismo del querer ser.

La humildad es una cualidad que marca a las grandes personas...y a los grandes toreros. Brindis de su primer novillo en la maestranza, tercio del tres, PÓNGASE EN PIE SEÑOR GANADERO. Y ese señor ganadero que recoge en nombre de toda una familia ganadera el brindis de un chaval que agradece toda la ayuda de otra familia humilde como es la casa Cuadri, que a uno se le llena hasta la boca de tan solo decirlo. Y sin miramientos al centro del ruedo con la mano derecha a esperar de nuevo a el Ave Madrid-Sevilla con pases cambiados por la espalda. Imposible por ahí. Con la izquierda naturalidad, tocando debajo del hocico y tirando del novillo despacito para que la Banda del Maestro Tejera empiece a sonar y no parar hasta que el torero no se va a por la espada de matar. Bernardinas para rematar y volver a poner a la plaza con el corazón en un puño cuando con el novillo arrancado y metido por el lado derecho vuelve a cambiar a un metro por lado izquierdo y donde el novillo no tiene mas remedio que llevárselo por delante. En su segundo mas torería, mas valor seco, mas torería por ambos pitones y mas trabajo para la Banda del maestro Tejera.

Hasta los mas grandes del toreo han pinchado faenas así. Para los elegidos solo está el no mirarte cuando te dan dos palizas así y no te das ni cuenta de que realmente estás partido por la mitad, aunque la fría realidad de la ducha de un hotel te haga desvanecerte cuando el cuerpo ya no aguanta mas. Hablar con un torero como David de Miranda en la habitación de un hospital y decirte literalmente "lo único que me duele es haberlos pinchado", es darte cuenta de que estás ante alguien que puede ser muy grande en esto del toro si lo respetan en todos los sentidos. Este es de los que tiene papeles para presentárselos al tonto de la pandereta y al exigente, al bravo y al manso, al de tauromacos 2.0 y a los talibanes y trogloditas. Humilde y agradecido como la madre que lo parió. Ahí está la carta de presentación en la Real Maestranza de caballería de Sevilla de David de Miranda, uno que quiere ser figura del toreo, diferencia abismal del querer.

David de Miranda a la verónica

Rafael Carbonell

Va por usted señor ganadero

Valor seco...

... y temple

Mas imágenes de David de Miranda en Sevilla en El Retoñal Pictures (click aquí)