jueves, 30 de julio de 2015

FABULAS...

Erase una vez un niño que adoraba a heroes. Heroes distintos a los de los comics, de carne y hueso, reales como la vida misma. Unos heroes que se jugaban la vida cada tarde, a las cinco en punto, y que algunos, incluso la perdian. Todavía se la siguen jugando.

Y ese niño se hizo mayor, y la adoración paso a ser un altísimo respeto, un sueño inalcanzable, porque los heroes nacian tocados por una varita magica (o con una bolas que Dios tiraba al aire según el de Jerez), y que no todo el mundo tenía ese don. Y entonces, a ese chaval le decían sus amigos que iban a planear de vez en cuando una fiesta de disfraces (lógico a esas edades):

- Oye tu fulanito!. Tu lo tienes a huevo para tu disfraz. ¿Te pondrás el traje de superheroe que tienes en tu casa no?. Mas original no puede ser!.

- ¡No no para nada!- respondía aquel iluso chaval- Ese traje para mi no es un disfraz. Es mucho mas. Es un rito, algo especial, algo que dignifica a mis heroes y que realmente lo distingue de todos los demas. Muchos han perdido la vida con ese traje.

Y aquel chaval se disfrazaba algunas veces de Batman, otras de Darth Vader y la mayoría de las veces decía que iba a las fiestas tal cual, como un día normal y corriente, porque en realidad solo le faltaba el elastiquillo de la careta para ir disfrazado de payaso, una de las mas nobles y respetables profesiones del mundo. Pero nunca con el traje de sus superheroes porque para el, eso era sagrado.

Y pasaron los años, y la vida fue cambiando, y aquel payasete sin disfraz que de niño soñaba con tios respetables y valientes, se hizo mayor (que no es lo mismo que madurar). Y un buen día, precisamente uno de esos superheroes, uno a los que el mas admiraba, le vino a decir que había estado equivocado. Que aquel traje de superheroe que aquel niño guardaba en un armario con tanto mimo y tanto respeto, no era para tanto. Que se podía utilizar en fiestas de disfraces sin ningún tipo de problemas, y si lo combinabas con algún disfraz de otro tipo, mejor que mejor. Aquel superheroe en carne y hueso le vino a decir poco mas que aquel traje no tenía ninguna propiedad mágica, y que cualquiera se lo podría poner en cualquier sitio. Y claro, a ese hombre que un día soño con ser un heroe se le vino el mundo encima.

Y hoy este tio ha vuelto a abrir aquel armario y se ha vuelto a pasar horas mirando aquel traje. Y se hace preguntas... ¿Que han hecho contigo?. ¿Porque ya no eres mágico?.¿Porque me engañaste durante tanto tiempo?. ¿Porque tanto respeto hacia ti durante tanto tiempo?. ¿Porquè ahora estas a la altura de un disfraz de Batman o de payaso?. ¿Estoy equivocado yo o está equivocado el mundo?. ¿He estado haciendo realmente el payaso toda mi vida?... Y al final este tio, que un día fue niño, decidió que seguiría sin llevar su disfraz a una fiesta de disfraces por los siglos de los siglos...amen.
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Nota: Esto es solo un cuento chino con tintes de fabula. Todo minimo parecido con la realidad es mera y pura coincidencia.



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