He necesitado casi tres meses Juampe, casi tres meses para poder ponerme delante del teclado y abrirte un hueco, mas que merecido, en este humilde espacio que comprende parte de mi vida. No he sido capaz, o no he sabido plasmar antes el aprecio que siempre te he tenido. Esta entrada lleva en borrador desde finales de agosto, y en todo este tiempo la he borrado y he vuelto a escribir cientos de veces. A día de hoy realmente no estoy convencido de que pueda transmitir lo que realmente quiero decir, pero esta mañana un pequeñajo me ha hecho soltarme definitivamente al verlo empujar un balón a las redes de una portería. Lázaro se llama el tío. Tu Lázaro del alma Juampe.
Nos conocemos desde pequeños, prácticamente desde la EGB, pero realmente empezamos a estrechar lazos en Comeuñas, ese remanso de paz y templo del toro para ambos, donde tu tuviste la suerte de trabajar y vivir con ellos, y yo tuve la suerte de empezar a disfrutar gracias a ti. Mañanas las que pasamos allí, junto con Luis y José, y rellenando pilas de paja y pienso para el ganao. Contigo aprendí a conocer los secretillos de campo, al bravucon de la manada, al mas noblote, tentaderos y herraderos de la H. Jamás se me olvidará la frase Juampe "Yo a la cabeza y tu a las manitas de delante Marín". Luego empezamos a compartir vestuario en nuestro equipo de fútbol sala, primero "La Campana" y luego "Multivisión". Ya nos faltáis tres, Miguel Angel Vilda, José Mari y tu Juampe. Pero aunque faltéis del equipo titular, jamás faltareis de entre el equipo. Incluso recuerdo de jugar partidos de maratones de fútbol sala a las siete de la mañana e irnos al campo contigo sin cambiarnos para ayudarte a echar de comer a los toros.
Si hay algo a lo que realmente tengo miedo en esta vida es a sufrir algo tan terrible como el Alzheimer. No quiero que algo me mantenga en pie y que me borre todos estos momentos que pasé con la gente a la que quiero. Esos momentos están grabados a fuego en el disco duro Juampe, y el formateo tiene que ser grande para que os vayáis de mi lado.
Foto: Alberto Ariza Moreno |
El final de este agosto ha sido duro. Muy duro. La vida te vuelve a poner en esas situaciones en que una noticia te parte el alma en dos y te llegas a dar cuenta de lo fragil que es la mente humana al no aceptar un palo de este tipo tras conocer que una persona respetada, admirada y tan cercana te deja para siempre. Y creo que jamás se llegará a aceptar del todo para siempre. Tan solo cuatro días antes te paraste en la puerta del Poli justo cuando llegaba del trabajo y aparcaba el coche en la puerta. Me preguntaste si el jueves iba al herradero. Ya sabes, "yo a la cabeza y tu a las manitas de delante". "No puedo Juampe, estoy currando y ya me gustaría a mi" te dije. Con un "¡Que pasa, que me los vas a dejar a mi todos!" y una sonrisa (como siempre) nos despedimos con el típico "nos vemos quillo"... y no nos volvimos a ver Juampe. Aquel jueves me mandaban fotos desde Comeuñas, y yo comiéndome de envidia por no poder estar allí. Si hubiese tenido esa bola de cristal para poder ver el duro futuro inmediato, de seguro hubiese estado detrás tuya para no dejar que ni uno solo de los 52 becerros te hubiese rozado la espalda en el herradero. Puff...Pero la vida es así de dura y de cruel, que en tan solo unas horas después nos volvía a quitar un trocito a todos los que te apreciábamos y que hacía que no me separase de esas fotos en el móvil haciéndome a la idea de que era yo el que estaba en ese corral justo detrás tuyo. El viernes se podía oír el silencio en Trigueros Juampe, para que veas lo que significabas en tu pueblo.
Hay situaciones en la vida en que una sola frase te puede hundir o creerte un semidios. Yo en mi día tuve ilusiones en un terreno muy cercano a tu ámbito profesional. Uno de esos días en que te tiemblan hasta las canillas, en la Pelá, fuiste el primero en darme consejos y animarme. Fuiste tu el que elegiste la que tenía que salir en mi momento, porque creías que esa era la que iba a servir. Era mi primera vez en esa plaza, y por ser quien era, o salía con la cabeza alta o me tenía que ir de España. No te voy a engañar Juampe, pero salí acojonao de allí cuando todo acabó, esperando a que me hundieran o que me elevasen la moral un poco. Y me interesaba la opinión del que nunca daba coba, no la opinión de cualquiera. Cuando me crucé contigo, me miraste y me dijiste tan solo "has estao muy bien", para mi fue como una liberación, como aquel al que cogen y le quitan una carga muy pesada de encima. Jamás te lo agradeceré lo suficiente. Gracias a Dios que luego hemos compartido muchos tentaderos desde la tronera, y los últimos con el pequeño allí con nosotros, al que gracias a Dios le has sabido también transmitir la pasión por el toro. La foto de arriba es de las mas bonitas que he hecho por muchas cosas. Transmite muchas cosas la imagen. Imagen que prometí retocar para dártela y que...jamás te dí Juampe. Pero seguro que si tu mujer e hijos la quieren por supuesto la tendrán.
Casi tres meses después he vuelto a sonreír pensando en ti Juampe. Se organizó un partido en tu homenaje y he tenido la suerte de poder formar parte en el con los veteranos de mi equipo, el Beas. Ya habrás visto que estaban todos tus amigos, tanto en el campo como en la grada. En el campo faltaban muchísimos, porque si hubiesen tenido que jugar todos nos hubiese hecho falta un partido de tres días. Tu familia estaba ahí toda. Pero realmente la sonrisa me salio cuando vi salir a Lazarillo desde la banda con el siete y tu nombre a la espalda. Sabía que detrás de el en el campo estabas tu, y que en ese gol es como si le hubieses quitado a todo el mundo de en medio para que marcase. Te lo dije muchas veces, que es la viva imagen de tu padre y tuya. El acabar el partido, coger a Lázaro para darle un beso y verle su carita de satisfacción no tiene precio Juampe. Es quizás el mejor regalo que nos hiciste ayer a muchos. Dar la enhorabuena desde aquí a la organización del partido, que para mi guardaré como uno de los días mas bonitos de mi vida y que jamás olvidaré.
Y ya ves Juampe, casi tres meses después el pequeño ha tenido que ser el que me haga acabar esta carta. También tuve la oportunidad de darle un beso a tu mujer, a Aurora, a tu hija, y sobre todo de darte un abrazo a ti desde lo mas profundo de mi alma. Al final has sido el único que has conseguido que me cuele una camiseta amarilla, pero por ti lo que haga falta amigo. Que sepas que me siento muy orgulloso de contar con tu amistad y la de tu familia. Todo en presente porque sigues aquí, que nunca te irás porque no hay formateo del disco duro que consiga que uno se olvide de la gente a la que quiere.
Descansa en paz Juan Pedro. Descansa en paz amigo.
In memorian.
Igual que para muchos o muchisimos,Juan Pedro Ortega Ruiz siempre esta con nosotros.No hay un solo dia sin el en mi corazon y en mi casa.Gracias por esa carta que le has dirigido a mi se me han nublado mis ojos que ven poco ,pero con el corazon lo veo todos los dias con su eterna sonrisa .Gracias amigo por terminar esa Carta.
ResponderEliminarGracias a ti Cati.
EliminarUn abrazo, Marín
ResponderEliminarGracias Enrique
EliminarEs posible que no haya nada
ResponderEliminarIncluso que apenas haya
Pero de seguro, de haberlo
Su sonrisa te lleva
Te sostiene, y te hace grande, Marín…
Va por ti, va por él
Un sorbo de brisa nos acaricia la cara
Aquella cargada de complicidad
Que nos arrima a valorar, éstas
Las cosas pequeñas, las Verdaderas…
;) :D
Gracias Santiago. Yo si quiero pensar que hay algo. Tiene que haberlo. Lo que si es cierto es que no solo yo, sino su familia (por supuesto), sus amigos y todo un pueblo nunca lo olvidaremos.
EliminarUn abrazo y gracias de nuevo Santiago.
Desde Alzheimer de Trigueros hablamos de reminiscencias para referirnos a recuerdos que perduran del pasado ante la dificultad, o casi imposibilidad, de retener en la memoria lo reciente; con semejante intensidad plasmada, dudamos que puedas olvidar o dejar de sentir si el estímulo es bueno. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarGracias Luisa. Cuando hablo de esta terrible enfermedad es porque sin ser experto en el tema, he visto de cerca a gente en esa situación (desgraciadamente), y no hay nada peor que estar vivo sin recordar nada. Pero para nada he querido, y no quiero tampoco que se entienda asi, de frivolizar con este tema.
EliminarGracias de nuevo Luisa
Que carta mas bonita. Juan pedro nunca lo olvidaremos Besos al cielo.
ResponderEliminarGracias
Eliminar