Fernando López-Mirones es profesor universitario desde hace 7 años de la asignatura AUDIOVISUAL CIENTÍFICO Y DE INVESTIGACIÓN. Formado como BIÓLOGO, es DIRECTOR y GUIONISTA en más de 130 películas DOCUMENTALES a nivel internacional distribuidas en los principales canales del mundo en varios idiomas, muchas de ellas premiadas en festivales de prestigio.
Primer guionista español de Historia Natural cuyos GUIONES han sido producidos por National Geographic Television, National Geographic Channel, BBC Natural History Unit, International Television Enterprises ITEL, Survival ANGLIA, CANAL + France, CANAL + España y ORF Universum TERRA MATER FACTUAL STUDIO (Austria), Wanda Films, Bitis, Transglobe Films, New Atlantis, Bausan Films, Marea Films, entre otras. Su último trabajo es el largometraje GUADALQUIVIR (Wanda Films) estrenado en 2013-14 en CINES de toda España, y que es el primer largometraje documental de naturaleza que se estrena en cines en la historia de España, y ha sido galardonado con la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos en 2014 y nominada a los Premios GOYA al Mejor Documental, y candidato al Mejor Guion Original.
Según publica en ABC, es de los pocos naturalistas que no duda en afirmar, en plena polémica de la fiesta taurina, que «las fincas de toros son los mejores santuarios naturales. Lo mejor que te puede ocurrir si eres una cigüeña negra, un águila imperial o un lince es que tu casa esté dentro de una de esas fincas. Y esta paradoja la he descubierto rodando. No estoy opinando, estoy contando una realidad. A los toros se los maneja a caballo para que ni siquiera oigan motores, porque les molestan. Nadie caza ni coge setas. Entre lo que vigila el propio toro y los ganaderos y que esto produce dinero porque hay corridas detrás, en esas fincas no hay quien se cuele. Sin embargo, vas a Doñana o Monfragüe y no tarda en aparecer alguien que se ofrece a franquearte el paso de noche para alguna actividad ilegal», denuncia.
Si se elimina el toreo, asegura, no solo desaparecerá el toro de lidia: «Todas esas fincas, más de un 20% de la superficie de España, cambiarían de uso, y la biodiversidad que albergan desparecería en gran parte. Se cambiarían los árboles por carreteras y edifios». Asegura con un punto de ironía que el «medio» ambiente tiene otra «mitad»: «Las cosas, por muy naturales que sean, hay que mantenerlas. ¿Y cómo mantendremos los santuarios creados en torno a los toros sin aporte de dinero?», se pregunta.
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