Todavía existen historias bellas. Historias que te pasan por delante de los ojos a diario y son necesarias las ausencias para valorarlas lo suficientemente. Vidas anónimas y tremendamente sencillas, alejadas de toda modernidad a veces absurda, y de estereotipos actuales que solo hacen amarrarnos a una libertad casi fingida. Yo el primero.
Esta es la historia de Pedrito, un simple perrito cruzado, sin raza. Un "chucho" como dirían algún/na ignorante, sin saber que eso de la raza se lleva mucho mas adentro de las medidas y el aspecto exterior. Según tengo entendido, y que alguien me corrija si no estoy en lo cierto, Pedrito apareció por las calles de Trigueros sin origen conocido. El típico perro callejero, sin pedigree debajo del brazo pero dueño de su propio destino. Pedrito no era de batitas de guatiné, de collar de perlas, de disfraces absurdos, de estufas personales, de paseos programados a una hora determinada. Pedrito nació para ser callejero y la calle era su mundo. Y aunque muchos no se lo crean, Pedrito fue uno de esos perros afortunados en la vida, porque realmente era LIBRE.
Algunos decian que era el perro del cura, porque en sus inicios era fácil verlo descansar a la puerta del párroco de por aquel entonces. Quizás aquel hombre le diese agua y comida. Y cuando este hombre se fue del pueblo, Juan fue quien le dio cobijo. No era su dueño, porque Pedrito yo pienso que empezó a ser del propio pueblo de Trigueros, pero el bueno de Juan era quien le abría las puertas de su casa por la noche y lo atendia veterinariamente. Pero por las mañanas, Pedrito daba vueltas en la puerta para que se la abriese y poder disfrutar de nuevo de su mundo, la calle. Era fácil verlo en toda procesión, en cualquier entierro acompañaba desde la puerta de la iglesia hasta el cementerio, en las capeas, echándole huevos a las vacas cuando no levantaba una cuarta del suelo. Aquel perro callejero empezó a apoderarse de los triguereños/ñas con su nobleza.
Los días, los meses y los años no pasan en valde, y hace unos días Pedrito se echó y no se volvió a levantar. Se fue para siempre. Pero se fue LIBRE. Con el se llevó su vida callejera, sus rincones del pueblo, sus recortes a las vacas, sus procesiones de semana santa, sus fiestas del Santo... Se apagaron sus ojos de mirada noble y sincera, se le apagó su corazón LIBRE. Quizás para muchos sea la historia de un perro callejero, pero para mi es todo un ejemplo. Alguíen que levantando solo un palmo del suelo me hizo pensar que no hacen faltas ropas de marcas como batitas de guatiné, ni collar de perlas como coches buenos o lujos, ni disfraces absurdos como personalidades fingidas, ni gentes que te calienten el oido como estufas personales, ni fiestas a todas horas como paseos programados. Pedrito me demostró que se puede ser el tio mas feliz del mundo tan solo abriendo la puerta de casa y saliendo a vivir la vida.
Descansa en paz pequeño. Descansa en paz Pedrito.
In memorian
In memorian
P.D.: El vídeo ha sido creado por Juan Argüelles Esteban, la última persona que se hizo cargo de Pedrito. La canción del del vídeo parece que la hubiesen compuesto para el. No la podrían haber clavado mejor. Solo lo he podido ver una vez.
Fotos: Eduardo Romero Marquez
La autoría del Vídeo es de Juan Argüelles Esteban (vecino de Trigueros) con la ayuda de un amigo.
ResponderEliminarGracias por la aclaración. Ahora mismo lo corrijo y enhorabuena por el vídeo.
EliminarUn saludo.
Buenos dias señor Marin, mire usted que le quedo muy bonito el escrito sobre el perrico este, que vivio como un perro por lo que veo a cuerpo de rey. Y mire usted que en semejante epitafio pues me veo la necesidad de remarcar que vivio como viven los putos perros de verdad, no como esa camada de mariconas que tienen en las ciudades que dan mas asco que el copon. En mi barrio hay una invasion canina de jovenes que no tienen hijos y tienen perritos y uff.....no se merece usted que le raye con esto y menos con el perrico este de Trigueros.
ResponderEliminarUn saludo señor Marin , esta vez desde mas al sur de donde reside usted.
Kaparra
Kaparra:
EliminarPrecisamente ahí es donde quería yo llegar, que Pedrito vivió como un perro. Yo tengo uno en casa, Lennon, tiene todas las comodidades del mundo, pero intento que viva lo mas parecido a un perro posible, y no como un muñeco. Tampoco tengo hijos Kaparra, ni quiero (por ahora), pero tampoco tengo a mi perro como mi hijo.
En fin, estes donde estes Kaparra, Feliz Navidad y mucha salud para el año próximo.
Un saludo