Se palpa la ilusión en los cercados de Peregrín. La primavera ha inundado de color una ganadería donde predominan los Jandillas y se conservan aún algunos vestigios de Nuñez y Atanasio en un número reducido. Hoy hemos tenido la suerte de volver a una casa donde el toro es y debe ser el protagonista, porque así lo demuestran lo lidiado recientemente. Una corrida para acabar de rematarse (si ya no lo está), sementales, lotes de vacas, utreros, erales... y hasta alguna mansa que se encampanó mas sería que un control de la guardia civil.
Mil gracias por la atención como siempre a la familia Millares, y en especial a Elena, mi gran amiga Elena Millares por estar siempre ahí, y a Alfonso por el trato recibido durante toda la mañana. Así da gusto.
Muchísima suerte.
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