
Y es que se nos marcha un torero de los que se van a romper muy pocos. Un torero que nunca hizo ascos a ningún hierro: Victorinos, Cuadris. etc, etc, . Un torero que cuidaba minuciosamente la lidia de cada toro, que le gustaba lucirlos antes que buscar su propio beneficio, nunca se escondió. Un torero bohemio y orador brillante (sabiendo siempre de que habla) como muy pocos. De hecho, muchos tendremos la suerte de tenerlo de conferenciante por esos mundos de Dios.
Este año, el año de su retirada y en su ultima tarde en Madrid, se entretuvo en cortarle dos orejas a un toro Castaño de Victoriano del Rio. Toro al que el mismo pidió la vuelta al ruedo y el mismo aplaudió. Bonito gesto para agradecer al que sin duda ninguna fue su colaborador en la creación de tan magnifica obra de arte. Gesto reservado solo a los grandes.
Por eso este año, cuando coincidí con el en la Cabecilla Pelá donde Cuadri tienta sus vacas, le dije "Maestro, por favor, no se vaya usted de esto y nos deje huerfanos" y el con su risa característica y con toda la amabilidad del mundo me respondió "No, si en realidad no me voy. Todavía queda Esplá para rato".

En el Forum Mundial de la Cultura Taurina celebrado en Isla Terceira (Azores) a principios del pasado año 2009 dijo que "la esencia del toreo actual no son sino una serie de personalidades aleccionadas, con la heroicidad como argumento principal. Pero sucede que es más fácil ser un héroe que torero. En cada uno de nosotros hay un héroe dentro, y sólo es necesario un argumento de nobleza, heroico, para que no importe perder la vida por ello. Pero esto sólo podríamos hacerlo una vez en la vida. De sopesar lo conseguido y lo que hemos arriesgado, no podríamos conciliar el sueño", aseguró.
Sin embargo, para Esplá "al torero se le pide eso todos los días. Y los riesgos están medidos, y en el cuerpo uno lleva la dosis de esas consecuencias, todo por el echo de divertir a los espectadores. Yo sólo conozco tres profesiones que visten sus oficios de oro: el militar, el sacerdote y el torero. Y los tres guardan una intensa relación con la muerte".
Sin embargo, para Esplá "al torero se le pide eso todos los días. Y los riesgos están medidos, y en el cuerpo uno lleva la dosis de esas consecuencias, todo por el echo de divertir a los espectadores. Yo sólo conozco tres profesiones que visten sus oficios de oro: el militar, el sacerdote y el torero. Y los tres guardan una intensa relación con la muerte".
Lo dicho, GENIO Y FIGURA. Gracias MAESTRO.
Hola Marín, yo también soy onubense y no sé si eso une, pero suscribo todo tu artículo y efectivamente.....Gracias Esplá, gracias por todo Maestro.
ResponderEliminarUn abrazo
Pepa