Ya he hablado varias veces en este blog de Juan José Benitez, tío cabal y aficionado desmesurado a esto donde los haya. Ahora es el quien nos deja sus propias sensaciones de un fin de semana con sensaciones encontradas. No tienes precio Juanito...
ANTE EL DEBACLE, EL SILENCIO
Este fin de semana a medida que van transcurriendo las horas se acerca a pasos agigantados una muerte anunciada, no por ello menos dolorosa y mezquina, que se antoja vencedora ante el futuro incierto que nos persigue, y dispara como cual jabato en el monte, dejando de ser un fin de semana más, para pasar a ser uno de los más tristes y melancólicos de mi vida, y que por muchas cosas creo que pasara a mis viejos anales de historia.
No se como empezar a desglosar estas emociones y traducirlas en letras, para ayudar a este momento escucho el pasodoble a Dávila Miura, no puedo llegar a entender que sea la última corrida de Barcelona, cuantos triunfos, cuantas cornadas se lleva esa arena en sus adentros, no me explico como se pueden llevar a cabo estas ideas y me viene un hilo de luz, y creo saber el por que. En la sociedad se pierden valores que van muy unidos de la tauromaquia, como son la honestidad, la vergüenza, el valor, esfuerzo, tesón, sobreponerse a un golpe... se van por el retrete atascado de estas nuevas generaciones basadas en la libertad extrema, el alcohol, la defensa del animal (ojo!! pero desde mi sofá y sin haber acariciado a un perro, defiendes que lo defiendan otros),los ojos que no ven, corazones que no sienten, la impunidad, la fama a costa de todo... No creo que mi concepto de la vida me ayude asimilar más facilmente este amargo trago de vino garrafero. Como se puede opinar de un libro en el que sólo te has leído la última página, con que autoridad damos una opinión sin conocer el tema, sin haber contrastado nada, y con la libertad de prohibir lo que a mí no me gusta, y no a respetar. No se habla de otros animales que creo también mueren sí o sí, el toro tiene la posibilidad de salvarse, nadie mira los mataderos, nos creemos que las chuletas que nos comemos vienen así y no de un animal vivo. Como se pueden perder tareas como un herradero, un desahije, un acrotalamiento... tradiciones que no se pueden aislar por los valores que llevan adheridos, sin hablar de los empleos directos e indirectos.
La tauromaquia en estos momentos vive de polémicas del trapío de los toros, de si este torea con este y con este no, quien no mata esta ganadería, que si el toro es de indulto o no, y nos olvidamos que sin corridas de toros no hay debates ni discusiones. Aclaremos los términos de una vez, y rememos juntos para vencer esta ola de falsedades y mentiras que nos están quitando el oxígeno poco a poco hasta dejarnos sin aliento.
Sin más me despido con la intención de no haber agrandado la melancolía de aquellos que habéis tenido la decencia y la vergüenza torera de haber leído estas humildes letras, por mi parte y con la conciencia tranquila después de haberme descargado en estas frases. Un saludo a todos y espero encontrarme con alguien en esta isla desierta de sensaciones, sentimientos, desgarros y emociones.
Un cordial saludo y gracias de antemano.
Juan José Benitez.
ANTE EL DEBACLE, EL SILENCIO
Este fin de semana a medida que van transcurriendo las horas se acerca a pasos agigantados una muerte anunciada, no por ello menos dolorosa y mezquina, que se antoja vencedora ante el futuro incierto que nos persigue, y dispara como cual jabato en el monte, dejando de ser un fin de semana más, para pasar a ser uno de los más tristes y melancólicos de mi vida, y que por muchas cosas creo que pasara a mis viejos anales de historia.
No se como empezar a desglosar estas emociones y traducirlas en letras, para ayudar a este momento escucho el pasodoble a Dávila Miura, no puedo llegar a entender que sea la última corrida de Barcelona, cuantos triunfos, cuantas cornadas se lleva esa arena en sus adentros, no me explico como se pueden llevar a cabo estas ideas y me viene un hilo de luz, y creo saber el por que. En la sociedad se pierden valores que van muy unidos de la tauromaquia, como son la honestidad, la vergüenza, el valor, esfuerzo, tesón, sobreponerse a un golpe... se van por el retrete atascado de estas nuevas generaciones basadas en la libertad extrema, el alcohol, la defensa del animal (ojo!! pero desde mi sofá y sin haber acariciado a un perro, defiendes que lo defiendan otros),los ojos que no ven, corazones que no sienten, la impunidad, la fama a costa de todo... No creo que mi concepto de la vida me ayude asimilar más facilmente este amargo trago de vino garrafero. Como se puede opinar de un libro en el que sólo te has leído la última página, con que autoridad damos una opinión sin conocer el tema, sin haber contrastado nada, y con la libertad de prohibir lo que a mí no me gusta, y no a respetar. No se habla de otros animales que creo también mueren sí o sí, el toro tiene la posibilidad de salvarse, nadie mira los mataderos, nos creemos que las chuletas que nos comemos vienen así y no de un animal vivo. Como se pueden perder tareas como un herradero, un desahije, un acrotalamiento... tradiciones que no se pueden aislar por los valores que llevan adheridos, sin hablar de los empleos directos e indirectos.
La tauromaquia en estos momentos vive de polémicas del trapío de los toros, de si este torea con este y con este no, quien no mata esta ganadería, que si el toro es de indulto o no, y nos olvidamos que sin corridas de toros no hay debates ni discusiones. Aclaremos los términos de una vez, y rememos juntos para vencer esta ola de falsedades y mentiras que nos están quitando el oxígeno poco a poco hasta dejarnos sin aliento.
Sin más me despido con la intención de no haber agrandado la melancolía de aquellos que habéis tenido la decencia y la vergüenza torera de haber leído estas humildes letras, por mi parte y con la conciencia tranquila después de haberme descargado en estas frases. Un saludo a todos y espero encontrarme con alguien en esta isla desierta de sensaciones, sentimientos, desgarros y emociones.
Un cordial saludo y gracias de antemano.
Juan José Benitez.
Coincido con Juan José en que aparte de intentar que se arregle lo amlo, que lo hay y mucho, una cosa es eso y otra abandonar la fiesta. Todos tenemos que empujar en lo que podamos, aunque que nadie se engañe y piense que ayudar es guardar silencio, creo que todo lo contrario.
ResponderEliminarUn saludo para el escribiente y otro para el que abre y cierra el blog todos los días.
Hola José María:
ResponderEliminarHe seguido con interés aquí en Chile, la controversia por el fin de las corridas en Cataluña.
Me imagino tu malestar por la medida.
Un abrazo austral.
Bueno Juan, he esperado a que alguien comente para poder hacerlo yo.
ResponderEliminarCreo que mi contestación a este magnifico articulo que me has mandao te la ha dado Enrique Martin. No me gustan las imposiciones y quizás de eso es de lo que me he quejado siempre con respecto a Cataluña. Y hasta ahí estamos de acuerdo todos. Pero como dice Enrique, no podemos adoptar una postura de Silencio. Esta claro que nosotros seguiremos yendo a los toros a Sevilla, Madrid, el Puerto, Huelva... pero no podemos consentir que estos "animalistas-antiespañolistas" engañen a mas gente. Debemos enseñar a la gente que no se decide como es la fiesta en realidad. Una fiesta pura e integra, que otra cosa es lo que tengamos, pero eso es harina de otro costal, pero enseñar la fiesta siempre.
Ya te lo he dicho personalmente, pero quiero reafirmarme una vez mas en que me mandes mas cosas de esta, que da gusto leerte. El hecho de que Enrique te de la enhorabuena no es moco de pavo.
Un saludo.
Bienvenido una vez mas Esteban.
ResponderEliminarLa verdad es que en cierto modo mi malestar no es del todo por la prohibición en Cataluña. Mirandolo "egoistamente", yo voy a seguir viendo toros. Pero lo que me molesta es una decisión politica con mucha tinta dictatorial.
Los toros son un espectaculo cultural (por mucho que pese a la gente) al que NO SE ESTA OBLIGADO A ASISTIR. El hecho de gustarte mas o menos (que todo es respetable) no implica que lo prohibas.
Pienso en la cantidad de aficionados que se ven DESTARRADOS de su tierra para poder asistir a una corrida de toros y esto solo me traslada a tiempos tristemente pasados en nuestro pais y muchos otros.
Y cambiando de tema... ¡Vaya selección de futbol que teneis macho!. La pasamos canutas con vosotros en el ultimo amistoso. Enhorabuena, pero la roja es la roja.
Un saludo Esteban.