Esta entrada es de un excelente blog. Un blog de un excelente aficionado al toro y al caballo, amante del campo bravo y que tiene el gusto de compartir con todos nosotros lo que es el la vida del toro en todo y cada uno de los detalles que ello conlleva. Se trata de Alberto Ariza Moreno, nieto de mayoral y futuro gran veterinario. Su blog, El secreto de la Bravura, un sitio que no se puede dejar de visitar. Gracias Alberto.
El toro "Ciclón"
Hace ya tres años, un día despejado de
invierno de esos en los que el frío te quema, allí estaba él. Su madre,
"Pelopinta" de nombre y colorada de capa, había fallecido esa noche debido a la
edad y al frío invernal. Él, colorado igual que su madre, aguardaba acurrucado
cerca de un arroyo. Sin su madre y con sólo varios días de vida su destino no
distaba mucho del de su progenitora. Pensaba él que para que nacer si ese era el
mundo que le esperaba. El frío, el hambre y el miedo traían de la mano a la
muerte, pero alguien se le adelantó.
Andaba el vaquero Pepe, conocido por los amigos como Pepón, repasando las vacas con su yegua de toda la vida. Observó a la vaca muerta y cerca de ella vio el pequeño cuerpo de aquel becerro. Pensaba él que ya estaría muerto pero para su sorpresa todavía aguantaba aquel pobrecito huérfano el frío de aquel amanecer. El hombre lo recogió, lo subió a la perilla de su montura y se lo llevó con la intención de salvarle la vida.
Le quitó la tiritona con algunas mantas y con la caricia de sus manos y lo alimentó con leche de sus cabras para quitarle el hambre. Aquel becerro había salvado la vida gracias a aquel vaquero.
Fueron pasando los días y Pepón, para ahorrarse trabajo, lo acostumbró a mamar directamente de una de sus cabras. No le costó mucho esfuerzo ya que la experiencia es un grado y no era el primero que aquel hombre salvava así. Para aquella labor escogió su cabra más noble, de nombre "Ciclona", y al poco tiempo la cabra esperaba al becerro y el becerro esperaba con ansia la aparición de aquella cabra. Desde aquel momento aquel macho destinado a llamarse "Pelopinto" pasó a ser conocido como "Ciclón".
"Ciclón" fue creciendo entre las manos de Pepe y el tufillo a leche de cabra. El hombre lo acariciaba y mimaba e incluso lo acostumbró a ir detrás de él como si de su madre se tratara. Un día llegó el momento de separarlo de la "Ciclona", aquel becerro fue herrado con el número 54 y se unió a la camada a la que pertenecía. Creció junto a sus hermanos y tuvo una vida normal de toro bravo.
Ahora aquel becerrillo colorado es utrero. Tiene buenas hechuras, fue bravo en la tienta y posiblemente sea semental de la ganadería.
Andaba el vaquero Pepe, conocido por los amigos como Pepón, repasando las vacas con su yegua de toda la vida. Observó a la vaca muerta y cerca de ella vio el pequeño cuerpo de aquel becerro. Pensaba él que ya estaría muerto pero para su sorpresa todavía aguantaba aquel pobrecito huérfano el frío de aquel amanecer. El hombre lo recogió, lo subió a la perilla de su montura y se lo llevó con la intención de salvarle la vida.
Le quitó la tiritona con algunas mantas y con la caricia de sus manos y lo alimentó con leche de sus cabras para quitarle el hambre. Aquel becerro había salvado la vida gracias a aquel vaquero.
Fueron pasando los días y Pepón, para ahorrarse trabajo, lo acostumbró a mamar directamente de una de sus cabras. No le costó mucho esfuerzo ya que la experiencia es un grado y no era el primero que aquel hombre salvava así. Para aquella labor escogió su cabra más noble, de nombre "Ciclona", y al poco tiempo la cabra esperaba al becerro y el becerro esperaba con ansia la aparición de aquella cabra. Desde aquel momento aquel macho destinado a llamarse "Pelopinto" pasó a ser conocido como "Ciclón".
"Ciclón" fue creciendo entre las manos de Pepe y el tufillo a leche de cabra. El hombre lo acariciaba y mimaba e incluso lo acostumbró a ir detrás de él como si de su madre se tratara. Un día llegó el momento de separarlo de la "Ciclona", aquel becerro fue herrado con el número 54 y se unió a la camada a la que pertenecía. Creció junto a sus hermanos y tuvo una vida normal de toro bravo.
Ahora aquel becerrillo colorado es utrero. Tiene buenas hechuras, fue bravo en la tienta y posiblemente sea semental de la ganadería.
Pero a pesar de su
bravura aquel becerrillo colorado no ha olvidado quien lo recogió aquel día frío
de invierno en el arroyo y sabe que a él le debe la vida. Todavía todas las
mañanas "Ciclón" y Pepón se saludan con varias caricias en demostración de esa
amistad tan verdadera.
Y como dice el vaquero:
"Los animales muchas veces son más buenos que las personas". Aquel becerro
colorado demuestra su lealtad a Pepón e incluso deja que su nieto se suba a su
lomo como si de un caballo se tratase. Y también se deja acariciar por alguno de
los que lo vimos criar desde pequeño.
La afición y el amor por
los animales de un vaquero que aquella mañana de invierno cambiaron la suerte de
un animal que pasó de estar casi muerto a tener una vida regalada, que pasó de
estar huérfano a ser criado por una cabra, que pasó de llamarse "Pelopinto" a
llamarse "Ciclón" y que cambió a su madre por un amigo, un amigo al que le debe
la vida.
Alberto Ariza Moreno.-
Marín:
ResponderEliminarEnhorabuena por tu generosidad, que no por conocida y sobradamente demostrada, deja de tener valor. Y es que algunos no cambiáis. Que historia más bonita la que nos trae Alberto.
Un abrazo
Se hace lo que se puede Enrique. Ya me gustaría a mi llegar a tener algún día la mitad de generosidad y afición que tienes tu o Alberto. Eso si, prometo seguir intentándolo.
EliminarUn abrazo.
Buen blog el del señor Ariza y una bonita historia muy bien contada en poco espacio. una pregunta, si no es una indiscreccion ¿de que ganderia es ?. Nada mas.
ResponderEliminarUn saludo a todos.
Kaparra
Si que es un gran blog el de Alberto. Además tiene una afición desmesurada por el toro y por la fiesta. Llevas razón Kaparra, no sabemos de que ganadería es. Esperemos que Alberto nos lo responda.
EliminarUn abrazo.
MARIN:
ResponderEliminarMuchísimas gracias a ti. Es un privilegio que esta entrada aparezca aquí, es un privilegio conocer a personas como tu que siguen buscando la verdad de la fiesta, es un privilegio poder dialogar de toros con personas que saben tanto como tú, pero el mayor privilegio de todos, que jamás pensé que pudiese ocurrir el día que decidí hacerme el blog, es haber hecho amigos como tu, como Enrique, como Pedrito... Eso si que es un privilegio.
Un abrazo y ya sabes MARIN, a su completa disposición. Muchísimas gracias.
Gracias a ti Alberto, yo no he hecho nada. Suelo ver miles de blogs y no de todos soy seguidor, pero con el tuyo me pasó como con el blog de Enrique, que la primera vez que lo ves te dice algo especial, y sin duda te haces seguidor.
EliminarSigue así Alberto, no cambies nunca y ten siempre por delante al toro como eje de todo este tinglao. Ojalá encontremos a muchos con tu edad y tu afición tan desmedida por esto. Aquí seguiremos estando para lo que necesites.
Un abrazo.
MARIN:
ResponderEliminarSe me olvidó poner la ganadería a la que pertenece "Ciclón". Es de lo que queda de la ganadería de MªCarmen Camacho, por lo que el aprecio hacia este animal en mi caso se multiplica. Esperemos que "Ciclón" padree definitivamente y sea el que levante esta ganadería que lleva unos años bajo mínimos. Sería un buen colofón a esta bonita historia y un homenaje más que merecido a Pepón.
Un abrazo.
Marín;
ResponderEliminarRealmente me quedo sin palabras...
Parece mentira que un animal bravo como es el toro, sea capaz de tener esa fiereza y bravura, y a la vez, esa docilidad con su criador y a parte amigo!
Un abrazo
Ya ves Diego, lo que es el toro bravo. Y si ademas lo dejan para semental, como parece ser, es capaz de darlos bravísimos. Ojalá. Aparte, es guapo el tio eh!.
EliminarUn abrazo Diego.
Marín es una historia preciosa y conmovedora que me he llegado a emocionar al leerla , ¿ como los animales pueden tener tanta " humanidad" ?.Tendríamos que aprender mucho de ellos y mas ahora en estos tiempos tan dificiles. Gracias por enseñarnos hechos como este que cada dia nos enorgullecen mas de ser aficionados al toro y al campo . ¿ Te imaginas que estuviesemos acariciando a" Brigada"o " Revisor", pues creo que dormiríamos con ellos , ¿ no crees?. Cuando haremos la próxima salida al campo a echar un cigarro hablando de toros?, un abrazo Marín.
ResponderEliminarOstias Juan, pues no me veo yo acariciando al Brigada o al Revisor, aunque ya me gustaría. Tu mejor que nadie sabe del "veneno" del toro, que una vez que lo ves en el campo, te atrapa y te engancha pa toda la vida. ¿Que cuando iremos otra vez al campo?, pues cuando queráis. Sabes de sobra que disfruto viendo los toros en el campo, y si es con aficionados como vosotros... pues el doble. Por cierto, el cigarro ya sé de sobra que lo pones tu.
EliminarUn abrazo Juan, y gracias por pasarte por aquí de nuevo.