"Me empeñaba una y otra vez en aquella planta de olor profundo justo en el arroyo que da al cercado de los sementales en Comeuñas. Me recordaba siempre aquel olor de chiquillo junto a los juncos del Guadalquivir cuando la estrujaba una y otra vez atraído por ese aroma, fuerte y penetrante… “Es matranto – me recordaba la voz de Luis- se cría ahí en la humedad”. Entre matranto y poleo se dejaron caer muchas tardes más". Es así como mi amigo Paco Guerrero, periodista taurino, aficionado y mejor persona, empezaba uno de sus mas tristes artículos a mediados de aquel Julio de 2005. Hoy he tenido la osadía, y me he pegado el lujazo de utilizar el titulo de ese articulo para ilustrar una entrada que vengo desarrollando en mi cabeza desde últimos de este verano. Perdóname Paco, pero creo que no la podía empezar mejor.
Eran finales de Septiembre cuando veía a Antonio Abad, Antoñillo como le dice su tío Fernando, perfectamente enchaquetao, como la ocasión lo requería. Me resultó raro, su prima Pastora se casaba al día siguiente. Después me vine a enterar que el tío presentaba esa misma tarde su tesis doctoral en la Universidad de Huelva. Que ya a uno le asusta hasta con solo decirlo. Y fue en ese mismo momento cuando se me vino a la mente una persona que seguro que estará orgulloso de ver a Antoñillo en el momento en que está, su padre, Luis Cuadri.
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Foto: www.celestinocuadri.com |
Cuando tuve la gran suerte de empezar a acudir a Comeuñas, con mi amigo Juan Pedro que por aquel entonces trabajaba allí con el ganado, fue cuando empece a conocer a Luis y también, cuando empece a conocer al toro. Mientras Juanpe echaba de comer, yo me encalomaba a aquel Land Rover verde tipo ranchera con Luis, entre pacas de paja y sacos de pienso y empezaba a empaparme de todo lo que había allí: de reatas, de comportamientos, de querencias, de notas de vacas, de si mira ese becerro que es hermano de aquel toro que se lidió en tal sitio, de si este semental da mas cara o menos,de si este tiene pinta de salir así, el otro de aquella manera... Aquel ganadero, con las manos siempre en los bolsillos, era el mismísimo Cossio del toro bravo. Humilde como el que mas, llevaba toda una ganadería en la cabeza. Era el que mas tiempo pasaba con sus toros, y junto a José Escobar, era el tanden perfecto para que aquel chaval, neófito por aquel entonces de lo que era el toro, supiese amar y valorar aun mas a uno de los animales mas bello de la faz de la tierra. De vez en cuando, viendo la corrida de Madrid me preguntaba "Marín, ¿cual quieres para ti?"... joder Luis, no me pongas en esa tesitura que ya me están temblando hasta las canillas. Y encima el tío se me reía. Después me decía, "pues al que le toque ponerse delante le va a hacer menos gracia que a ti"...genio y figura. También recuerdo aquel primer tentadero en "La Pelá", que después de salir de la tronera, con el miedo aun metido en el cuerpo, buscaba la mirada de el señor del puro y el señor del bigote. El primero me decía que había estado bien, que ya era bastante, y el segundo, Luis, con aquella media sonrisa y un gesto tímido de aprobación también me dijo mucho. Luego en privado me soltó aquello de "hay que estar muchísimo mejor". Lo dicho, el tanden perfecto para aprender.
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Luis y Fernando, conversaciones de casta y bravura |
Ese olor tan característico en el cercado de los sementales, en el arroyo de al lado del embarcadero sigue allí. A mi me pasaba como a Paco Guerrero, que siempre le preguntaba a Luis por aquel olor a matranto y poleo, y cada vez que paso ahora por ese sitio con sus hijos se me viene a la cabeza la figura de Luis. De ese ganadero de manos en los bolsillos, del que me enseño todo lo que sé sobre el toro, de aquel hombre que en el silencio de Comeuñas parecía susurrarle a los toros. Y muchas veces guardo silencio y sigo escuchando entre alcornoques aquella llamada tan característica con la que Luis llamaba a toros y vacas, mientras estos acudían a la llamada como cualquier hijo acudiría a la llamada de un padre.
El toro sigue en la dehesa, y al pasar por el arroyo sigue desprendiendo ese mismo aroma, pero Comeuñas está distinta. Ni mejor ni peor, pero distinta. Pero gracias a Luis, ahora podemos disfrutar de otra nueva generación de ganaderos en la casa Cuadri. Luis y Antonio Abad, o Antonio Abad y Luis, lo mismo da que da lo mismo. Dos ganaderos que han recogido el testigo de su padre y que siguen manteniendo el mismo respeto por el toro, la tauromaquia y el aficionado. Afortunado uno de haber conocido a Luis Cuadri, porque no todo el mundo puede presumir de tener como Séneca del toro a uno de los mejores ganaderos que ha dado el campo bravo, y mas afortunado aún de poder seguir disfrutando de toda una familia ganadera.
Gracias por todo Luis.
In memorian.
Sin palabras, un abrazo!!!
ResponderEliminarGracias Domingo. Creo que Luis se lo merece. Y es que me acuerdo mucho de el cuando voy al campo, aunque siempre me lo calle. Tenía pensada esta entrada desde hace mucho tiempo.
EliminarUn abrazo.
Marín me ha gustado mucho lo que has escrito , porque siempre llevaré en la memoria a este SEÑOR que me impresionó con su bondad y su afición al abrirme su casa en una tarde de verano de mucho calor en el campo y sin ningún problema nos llevó en su Land Rover a ver los toros que quedaban en el campo , te puedes imaginar mi Juanito y yo con el ganadero Cuadri enseñándome sus toros. De verdad y de todo corazón donde esté Luis Cuadri , muchas gracias por acercarnos a lo que mas nos apasiona " EL TORO DE CUADRI ".
ResponderEliminarPues tu que lo conociste Juan sabes lo que era este ganadero. Todo humildad y entrega con el toro y el aficionado. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo Juan.
Extraordinario recuerdo a un GANADERO DE BRAVO...un abrazo Pepe
EliminarPgmacias
Gracias Pedro. Ya nos queda menos para volver a vernos por aquí. Y este año, ojalá traigais el mismo agua que siempre.
EliminarUn abrazo.
Ya es un privilegio poder estar ahí. También lo es, sentir para poder contarlo. Has comenzado por ponerme contigo al borde del arroyo, de hacerme oler el poleo (una de mis adicciones) y el matranto (no se lo qué es) qué por aquí le llamaremos de otra manera. Os he visto charlando, seguro que con Don Luis estarías con la vista un poco baja. También he visto, una vez más, tú veneración para con esa dignísima casa. Ya no me falta "casi ná" para ser "cuadriadicto".
ResponderEliminarSaludos de Gil de O.
Gil de O.:
EliminarPues si que es un privilegio si. Mi veneración, aparte de por lo que representa la ganadería en si, principalmente es por la persona. En este caso por las personas. No hay nada como la sencillez y la humildad para que la gente te conozca hasta el tuétano. Y Luis, aparte de ser de mirada baja, era transparente como el solo.
En realidad, su nombre es mastranto, lo que pasa es que tu mejor que nadie sabes que en nuestro rico idioma andaluz, las eses como que no le hacemos mucho caso. Es una planta que crece en ambientes húmedos, y tiene una hoja rugosa muy característica y un olor inconfundible. Me alegra muchísimo contar con otro cuadriadicto.
Un saludo y gracias.
Hola Marín, soy Antonio Cuadri,,,de nuevo te doy las gracias por tan bonita entrada, que realmente me emociona,,,lo guardaré con cariño...gracias amigo
ResponderEliminarSoy yo el que tiene que estar agradecido Antoñillo. Tu padre se merece esto, porque nunca tuvo un no para con mi persona y aprendí muchísimo de el. Es más, te estoy escribiendo y huelo a Amaranto y poleo.
EliminarAhora lo importante es que haya mejoría con tu primo Fernando. Este viene encastao y se viene arriba ligero. Un abrazo campeón.
MArín:
ResponderEliminarEres muy grande, pero muy grande. Chico, me has dejado helado y con una sensación de felicidad y tristeza que no sé cómo conjuntar aquí dentro. Esto no lo has escrito tú, lo ha escrito tu corazón, ese que tantas veces se pone delante de ti y que camina sin miedo, a pecho descubierto, tal como es y que nos muestra a ese Marín de verdad, a ese tan grande que se esconde cuando le llegan las flores, muchas menos de las que merece, y que siempre está el primero cuando se trata de dar. Que grande es poder decir MARÍN ES MI AMIGO, que orgullo chico, no paras de sorprender, siempre dándote y siempre pensando que te quedas corto, porque todo te parece poco, pero basta con disfrutarte a ti y a tu gente para que los momentos sean únicos. Joder, si hasta a los perros los tienes enseñados para atender a los amigos. Ese es mi amigo, el que cuando alguien habla de él calma la voz como para recrearse. Y si hablamos de sus pasiones, entonces ya es para no parar. Esa afición, ese amor al toro, ese respeto, ese rigor y esa humildad de los sabios, De lo blanco y verde no hablaré, porque entonces no acabaría nunca, Toros, Betis y Curro, es para hacer una tesis. La put... la faena es la distancia, que si no, me iba a tu casa a darte un abrazo y que invitaras a café.
Un abrazo.
Enrique:
EliminarYo creo que eres de los pocos que me conoces bien. También eres de los pocos que se ha propuesto conocerme. yo no soy de darme coba, eso se queda para otros, yo simplemente digo y escribo lo que realmente creo que debe ser. Quizás el esconderme en muchas veces en mi vida me haya perjudicado, pero me queda también de tener la recompensa de teneros ahí a Costillares, Gil de O., Pedro García Macias, a Juan, al mismísimo Antoñillo o a ti. Con eso tengo mas que suficiente pa tirar pa´lante.
Siempre me quedo corto si, y si digo que el orgullo es mio al teneros como Amigos, también me sigo quedando corto. Que voy a decir de un tio que se le saltan las lagrimas tan solo de hablar con un ganadero de bravo...pues que es de mis mejores amigos!!! Y si hubieses compartido un rato como el de este verano junto a Luis...entonces si que hubieses disfrutado.
Del Betis me puedes hablar cuando quieras, de toros también, y de Curro ya ni te cuento. Soy sufridor, lo sé, pero como decía mi padre, "mejor ser sufridor y honrao, que no rico y desangelao".
Un abrazo Enrique y mil gracias.
Joder marin me quedo sin palabras, una vez mas pones de manifiesto la aficion desmedida que sientes por el toro y el amor y el cariño que lebtienes a esta casa y a las personas que forman esta familia. Decir cuadri en el mundo del toro es decir muchas cosas pero hablar devuna persona en concreto como era luis tienes que quererla y pasar muchas horas a su lado para expresar en palabras unos sentimientos ocultos de un gran ganadero. Por supuesto que solo voy a cuadri cuando tengo que embarcar pero con todos mis respetos hacia todis los ganaderos es el santuario por excelencia devla cabaña brava española y los mienbros que componen esta casa personas sencillas que aman respetan y tienden al toro y tienden la mano al visitante sitiendose uno mas de la familia cuadri. Enhorabuena marin
ResponderEliminarGracias Campeón. No sé si no habrás puesto tu nombre porque se te ha pasao o no, pero de todas maneras se quien eres. Tu conoces esa casa perfectamente y sabes que lo que digo no es nada exagerado. Pasé muchos ratos al lado de Luis, cuando tenía tiempo y me acercaba al campo, y la admiración que tengo sobre su persona y sobre todo el mundo que está allí, no solo ganaderos, sino trabajadores incluso, es porque ellos son sencillos y transmiten todo eso.
EliminarUn saludo y nos vemos M.
MARIN:
ResponderEliminarEnorme homenaje el que le has hecho a D. Luis. No le conocí, pero tras leer tus relatos he comprendido que fue un hombre genial, amante y sabio del toro y del campo. Cosas que creo que van de la mano, porque no se puede ser un sabio del toro sin ser un amante de él.
Siempre he pensado que cada persona es lo que es por lo que ha vivido y con quien lo ha vivido. De cada uno coge un poquito para sí mismo sin darse cuenta y, tras todos esos ratos de campo, Luis aún vive dentro de tí. Esas enseñanzas, esos ratos e ilusiones compartidas, los pensamientos en común... todo se va pegando poco a poco y, por ello, eres un privilegiado amigo MARIN. Ahora voy entendiendo tu amor por el toro y el campo, ahora voy entendiendo tu saber...
Un abrazo y gracias por compartir estos relatos MARIN, me despido y parece que huele a matranto...
Alberto:
EliminarSabio del toro como ninguno. En esa casa, era el que pasaba mas tiempo con sus toros, entre el y José Escobar conocían la ganadería como nadie, las reatas, vaca por vaca, semental por semental, y nunca se escondió nada. Lo compartía con todo aquel que quisiera aprender.
Aparte de aprender del toro como nadie con el, lo que más intenté siempre asimilar era su humildad. Como he dicho en la entrada, ahora tenemos la suerte de contar con sus dos hijos, que afortunadamente siguen los pasos de su padre.
Un abrazo y gracias Alberto.