Foto: Arjona vía Aplausos |
Es triste llorar por los caídos en batalla, pero mas triste es llorar por los que caen en la oscuridad de la manga de un matadero. Porque no es lo mismo morir con las botas puestas a que no te den la opción ni a ponértelas. No es la primera vez que el aficionado al toro desempolva el catafalco por este tipo de perdidas que el sistema nos brinda en bandeja de plata: Coquillas, Galaches, Cobaledas, Contreras, Atanasios. A esos pocos locos adictos al toro que aun quedan, ya les digo que no se quiten el sudario de encima que lo que viene es todavía peor. Si es que hay algo peor que todo lo que llevamos ya. Este sistema impuesto por el taurinismo se ha convertido en un campo de minas donde cuatro "iluminatis" solo quieren imponer la boba chochona y encima hacernos creer que son mas grandes que el Guerra. Pero vamos a quitarnos las caretas de una vez y reconozcamos nuestra parte de culpa. Que han pasado años y años y nadie se ha acordado del Conde de la Maza ni de sus Nuñez con mezclanza de Villamarta, y desde Marzo a Octubre las taquillas no dejan de hacer cash. Ahora toca llorar como niños de papá y apuntar a la pudedumbre de un sistema mientras los "iluminatis" hacen caja y otros pagamos. Y por favor, dejen a los empresarios en paz que al fin y al cabo solo son eso, empresarios. Que bastante tienen ya con jugarse su dinero y aguantarse ellos mismos al recordar el día que vendieron su alma de aficionados al mismísimo belcebú. Los otros, los de que realmente tenían que apostar por este tipo de encastes y ganaderías para que no se fuesen al matadero... ni se les ha escuchado lamentarse, ni se les espera en el duelo.
Por las tierras de Mordor nos colocan a muchos que mantenemos la firme creencia de que el toro es el eje principal de la fiesta, y que exigen el toro integro, encastado, con su variedad de comportamiento y su lidia completa. Ahora está de moda llamar Orcos a los que desde el tendido 7 o la grada del 6 de Madrid piden respeto por la identidad de una plaza y un rito. Que no nos falten Orcos en los tendidos de ninguna plaza porque entonces el cáncer que está corroyendo la fiesta volverá a repetir la historia de los del Conde de la Maza. Al tiempo. Y mientras tanto, al resto de los hijos de Caín, solo nos quedará el consuelo (de tontos) de seguir derramando lágrimas por lo que un día fueron dehesas llenas de casta y bravura. Al resto, a los de gintonic de garrafón barato y el "baja tu" mal dicho por no sacarse el puro de la boca, que sigan con su complejo de Casper hasta que las pirañas con las que se bañen en el bidet le den cuartelillo para pedir despojos e indultos mas falsos que una moneda de tres euros.
Era la ocasión perfecta para que Frank Cuesta hubiese aprovechado para contar este tipo de cosas en el simulacro de documental que ha hecho sobre la fiesta. Era la ocasión de que realmente se hubiese preocupado por el toro. Pero ni el sabía de que iba esto (ni se llegó a enterar nunca), ni los mismos taurinos que le contaron mil cosas en el documental se acordaron del drama del bravo en el campo. Pues allí estaba en los Arenales Leopoldo, esperando a que le preguntasen para contestar.
Así está el futuro. En esto lo han convertido los toreros de hace veinte o veinticinco años de alternativa que están ahí siempre y no se van ni con agua caliente, y a los que se les han unido los nuevos toreros de moda que lo único que saben es seguir las directrices impuestas para poder llevarse aquí otros veinte o veinticinco años. ¿Las figuras?... ya no existen. ¿El toro?... está desapareciendo poco a poco. Ahora si que es esto Mordor de verdad.
Bienaventurados los que vieron a José y Juan. Bienaventurados los que vieron a Manolete frente a Miuras, a Antoñete con "Atrevido" de Osborne, a Cesar Rincón con "Bastonito" de Baltasar Iban, a Escribano con "Cobradiezmos", a Sanchez Vara con "Cazarratas" de Saltillo o a Urdiales con "Hurón" de Fuente Ymbro... porque dentro de muy poco, para ellos será el reino de los cielos. Benditos seáis todos los que amáis al toro en las calles con los Bous al Carrer, porque es donde únicamente se le tiene respeto a este animal en peligro de extinción y se mitifica como se debe. Mientras que los que viven de esto se mean por las esquinas, los que pagamos y además nos gusta(ba) esto, a llorar... otra vez.
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